He conocido Pibella a través del periódico. Sufro de una vejiga irritada y eso desde hace muchos años. En mayo del año 2008 tenía que operar mi rodilla y no podía levantarme de la cama durante dos días. Rechazé el catéter porque me causa muchos dolores. Así no había más solución que probar Pibella. Lo discutí con los médicos y ellos respectaron mi deseo.
Me gusta Pibella mucho porque una no depende de la ayuda de una enfermera para hacer pipí. El uso es muy discreto y una vez entendido como funciona ya no hay problemas.
Puedo recomendar Pibella y seguro que en año que viene cuando tengo que operar la segunda rodilla lo voy a utilizar de nuevo.
Rona Rudolf, Suiza