Al principio tenía mucho escepticismo. Colocar Pibella de forma correcta me parecía imposible. Gracias a las buenas instrucciones de los auxiliares de enfermería y su paciencia poco a poco perdí el miedo.
Orinar con Pibella la primera vez me resultó muy extraño. Tenía la sensación que todo iba mal. Cuando entendí que todo va bien quiería intentar sin ayuda ninguna. Así que después de cinco intentos con ayuda ahora sé colocar el tubo sin falla. ¡Estoy muy feliz que existe este sistema urinario para mujeres!
Señora Priska F., pacienta de la clínica aarReha, Suiza, 67 años de edad